INDURAIN NO ES UNA MÁQUINA
Era en Bogotá, en Junio o Julio de 1995. No había sido capaz de lograrlo, pero pese a ello el comentarista se deshacía en elogios. No había batido el record del mundo de la hora, pero llovían las justificaciones. Que si había mucha altitud, que si la comida era muy pesada, que si el horario demasiado colombiano, el viento poco dócil, la superficie demasiado gris…Hasta que por fin llegó la definitiva, la explicación, la razón de todas las cosas: “Y es que Induráin no es una máquina”. En ese momento me di cuenta de que realmente el locutor había dado con la clave. Afirmar que Induráin no es una máquina era sinónimo de “Induráin puede fallar”. De hecho, el comentarista prosiguió: “Este fracaso da si cabe más valor a las gestas del navarro. Y es que, aunque no lo parezca, él también sufre, padece encima de la bicicleta como el que más. Conseguir sus éxitos le supone un esssssfuerzo terrrrrrrrrrible. Es humano…”. Parecía como si el fracaso de Induráin no hubiera sido tanto el no recorrer 55 o 56 km…en una hora, sino el ser humano. Un humano había malogrado el intento de plusmarca. Una máquina no hubiera fallado. Entrar a valorar el esfuerzo, el sufrimiento, la voluntad, la angustia, el tormento, el martirio que suponía pasarse una hora sobre un artefacto intentando superarse a sí mismo, personalizaba el fracaso, lo hacía mortal. ¿A qué máquina le afecta el cansancio, la desilusión, el viento, el cemento o los gritos del público? La voz parecía sugerir que si Induráin hubiera sido “de verdad” una máquina, habría conseguido el record. Y eso, al fin y al cabo, es lo que todos esperábamos de él. De hecho, si lo hubiera batido, al día siguiente en los diarios hubieran florecido todo tipo de referencias a la máquina-Induráin. Una máquina que entre sus virtudes tenía una especialmente entrañable para muchas personas: era de fabricación nacional; Made in Spain. ¿Qué país hay en el mundo capaz de fabricar máquinas como nuestra Induráin? Para tranquilizarnos, el presidente de la Federación Española de ciclismo que era entrevistado por el inefable dijo: “Que no se preocupen los españoles, Induráin nos seguirá dando éxitos”. La derrota de Induráin, todavía fue más humana porque se enfrentaba consigo mismo. Él contra su propio organismo. Para vencerlo debía llevarlo hasta sus límites, más allá a ser posible. El locutor-comadrona trajo al mundo a un nuevo Induráin derrotado, muy semejante a nosotros, que a partir de entonces conviviría a duras penas con el Induráin victorioso, ese que se parece más a una máquina. El navarro volvería a tener éxito cuando rindiera, cuando su organismo funcionara a la perfección, cuando nos diera éxitos. Mientras tanto, nos quedará la excelente persona, el buen hijo, el ejemplar ciudadano. Hechos como éste nos recuerdan qué presente permanecen el rendimiento, el resultado óptimo, la eficacia, y la eficiencia, características todas de las máquinas, como referentes primordiales del movimiento humano. Y que en simbiosis con esa mentalidad mecanicista, conviven intereses de todo tipo. De hecho, a los veinte minutos de intento, cuando el record ya parecía imposible, el comentarista se sorprendía de que Induráin no parara. “Claro –explicó- debe tratarse de intereses publicitarios”. Y por una vez, se tranquilizó.
Fuente: Devís Devís , J y cols (2000): Actividad Física, Deporte y Salud. Editorial INDE. Barcelona
Analitza el text i contesta les preguntes:
- Amb quins termes es relaciona l'home-màquina en el text?
- Creus que si Induráin hagués aconseguit el rècord s'hagués dit d'ell que era una màquina? Per què?
- Quina creus que és la intenció de l'autor en afirmar "el fracàs d'Induráin és la victòria de la màquina"?
- Per què creus que els esportistes són comparats habitualment amb màquines?
- ¿Amb quines altres metàfores relacionem el perfecte funcionament del nostre organisme amb les màquines? Exemple: "el nostre aparell digestiu funciona com un rellotge"
El temps disponible per participar és des de dilluns 20 a les 00.00 fins al Diumenge 26 a les 00.00.